Arrabal amargo
en el paladar,
y no consigues regular
tu problema hormonal.
Hay cosas que se cuentan
y te atormentan,
y parecen ciertas.
Y mientras,
fumas la espera,
pretendes dar
la guerra por perdida
y te preguntas
si eres un necesitado
para merecer algun placer.
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Las puertas están abiertas*.
*Por eso, aunque "¡Vamos a morir todos!" no tiene que ser todavía.