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No quieres hacerlo, pero como debe haber un buen motivo, oculto entre tanto odio, para que sea mejor hacerlo, te obligas. Y entonces viene el cabrón encima con exigencias. Pero tras valorar todas las posibilidades decides que no merece la pena discutirle, intentar hacerle entrar en razón o siquiera defenderte. Y el asqueo que pasó a desgana se convierte poco a poco en resignación y de ahí es más fácil buscar otro objetivo y disfrazar esta mierda como un paso necesario para conseguirlo... ¡y con un poco de suerte y un montón de esfuerzo será más pronto que tarde cuando conseguirás mandarlo a tomar vientos!

*La Montaña de Basura de Los Fraguel. Como contraste, no se me ofenda.