lunes, 19 de noviembre de 2007

CRÓNICAS DESDE CÁDIZ

Día 3. Llegada a Puerto Real

Me he vuelto a mudar. Esta vez tengo una habitación para mí sola: Un armario-nuevo, un escritorio-cajonera, una cama-plegable y un montón de estantes y cajones que rellenar. Pero hay dos pegas. La primera es que ahora no tengo con qué rellenarlo, pues vine con una mochila delante y la otra detrás (además de la bici y la muleta), así que llevé lo que me cupo. El resto de mis cosas están repartidas por dos pisos de Sevilla, el instituto donde trabajaba y cosas que me dejaría en casa en Barcelona. La otra pega es que el armario-nuevo es lo único que no se cae a trozos. La estantería-cómoda tiene los bajos podridos (candidiasis o algo así), y el segundo cajón se cae sobre el tercero, de manera que no se abre ninguno. La mesa-cajonera (o escritorio estilo Victoriano por lo menos), es la segunda sospechosa del flaire de la habitación a mueble viejo-húmedo, la primera sospechosa es la estantería-cómoda.
Como decoración tengo un cable que entra por la puerta, atraviesa la pared por detrás del armario-cómoda por el rodapiés y en un momento dado sube la pared medio metro, se separa de la pared cual liana caída y cae otro medio metro. Y todo pintadito de blanco. La otra parte de la decoración son unos puntitos grises spore-releasing en la pared, unos en la ventana y otros en la pared que da al baño.
Los armarios de la cocina tienen tiradores de metal que tienen color verde biofilm y el interruptor del pasillo, así como un par de enchufes más, se cae al pulsarlo.
Los retretes y el lavabo pequeño gotean y la solución de la casera fue que no pagáramos el recibo del agua en lugar de arreglarlo.
Sin embargo en este piso hay muchos colchones, con los que se da la bienvenida a las visitas (si os sigue apeteciendo). El olor a humedad se combate con incienso y velas, las manchitas de las paredes pintando con tip-ex. No necesito abrir dos de los 3 cajones de la estantería-cómoda, pues tengo suficiente con el primero y ya tengo proyectos para decorar el cable. La parte central de los tiradores de la cocina no están verdes y tengo todo un armarito para mis compras. En realidad sí hay agua caliente, sólo que no me avisaron que cerraban la bombona por la noche. Y que llevemos desde mi primer día sin papel de culo se puede arreglar con servilletas de papel.
Así que quien me conozca un poco sabrá que en realidad estoy contenta con el piso. Es habitable pero totalmente imperfecto, lo que me dará material para escribir un rato, y a falta de monbús... (aunque me han dicho que el tranporte público aquí es patético, ya tengo ganas de conocerlo para poder comparar).
Todas las veces que he preguntado qué hay para hacer por aquí me han respuesto con una pregunta: "¿Tienes coche?" Pero en realidad hay Campus Cinema, hay Parques naturales con tablas de ejercicios y merenderos a los que puedo ir andando desde casa o desde el trabajo, hay playas de la hostia para invierno y verano, hay conciertos de indie-pop nacional, fiestas universitarias, Carnaval de Cádiz, Ferias, voluntariados, teatro, curso de teatro, escuela de cine... Y más cosas que debo haber olvidado.
Todo está dentro de la Bahía de Cádiz, a pocos quilómetros de separación, pero que el tren te da ruta turística y el bus da más vuelta que ir de Sitges a San Pedro pasando por el aeropueto. Es decir, que con coche son 5 minutos y es maravilloso. Y hasta que me lo traiga y me ayudéis a traerlo, aprovecharé las ventajas de la bici, conoceré el transporte público y querré amigos Andreses por intereses.

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*Por eso, aunque "¡Vamos a morir todos!" no tiene que ser todavía.