jueves, 29 de mayo de 2014

Escrito. Aún recuerdo...

Aún recuerdo el nombre de la autora, Carmen Laforet era, del fragmento que aparecía en un libro de texto y ganó el concurso literario de mi colegio o de mi pueblo. David R había ganado el concurso, algo demasiado sospechoso, pues todos teníamos nuestro rol, y ese no era el suyo. Yo ni siquiera había quedado segunda, si recuerdo bien fue mi amiga Esther V, con un poema, pero estaba incluso más indignada que ella. Las trampas era algo que no podía tolerar, y cuando descubrimos que había sido un plagio descarado, hicimos abrir una investigación. Era algo superimportante para nosotras en aquél momento encontrar la justicia. El premio era unas cuantas miles de pesetas a gastar en la Librería A probablemente, cuando la Librería A tenía todo lo más apetecible del mundo, antes de que Todo empezara a brotar por todos lados. Como buen niño, David R se apresuró a cobrar parte de su premio ilegítimo; que no había ganado a propósito, sólo había copiado lo primero que le había llegado a sus manos para no tener que hacer los deberes. No había malicia, pero recuerdo la indignación. Además creo que esto pasó después de que David R se chivara de mi chuleta. Fíjate qué cosas. Aquello debió ser en sexto.
Mi primera chuleta fue en ciencias sociales, y fue por experimentar. Porque veía a los demás hacerlo y quería sentir el riesgo, no porque lo necesitara. Porque chivata no era, pero empollona sí. Y claro, empollona con chuleta... es algo demasiado goloso, ¿cómo iba David R a resistir la tentación de chivarse?
Pues en realidad no sé qué será de él. Recuerdo que mucho antes, en los primeros cursos del colegio me gustaba. De aquella manera que los niños se gustan. Y bromeaba con que era moreno en vez de rubio. También recuerdo que él contaba que sus pulmones estarían entre la foto del pulmón enfermo y la foto del pulmón sano del libro de naturales que nos describía los efectos del tabaco, porque había fumado en una boda o en una comunión. Ya ves qué cosas.
Y como esto no es Norteamérica con sus reuniones del curso del 91 (que no sé si será verdad o sólo en todos los institutos que salen en todas las series o en cualquier película), ni antes había redes sociales ni siquiera email; la gente se pierde. Pero eso permite que un día por casualidad te encuentres a alguien por la calle, y primero dudes, luego te sorprendas, y se produzca Ese Reencuentro

2 comentarios:

  1. no sabes lo que me he reído recordando aquellos momentos de la EGB jajajajajaja me encanta!!!! Y si no hay redes sociales ni mail jaja un besazooooooo Esther

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  2. Jajaja, gracias amor por confirmar los hechos. XD
    Un beso!
    Nos vemos pronto!

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*Por eso, aunque "¡Vamos a morir todos!" no tiene que ser todavía.