"Lo primero que tienes que hacer es pensar" me dicen cuando me quejo de que no hago nada.
Pensar. Con la de tiempo que he estado entrenándome para aprender a no hacerlo.
Durante los últimos meses he llegado a un grado de especialización muy elevado de entretenerme haciendo nada. Tenía sólo un ordenador, y aprendí excepcionalmente bien a perder el tiempo con él. Ahora soy capaz de pasar horas y horas delante de un ordenador sin aburrirme y sin hacer nada productivo. Se me ocurren miles de chorradas inútiles que acaban por realizarse antes que lo que importa. Y la pantalla del ordenador me embebe los sesos cual teletienda de madrugada.
Y tanto cambio de proceder me hace tomarme con más calma de la debida el proceso de reaprendizaje a pensar.
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*Por eso, aunque "¡Vamos a morir todos!" no tiene que ser todavía.