...y entonces un día se suceden una serie de acontecimientos neutros, pero que en cualquier caso no son malos... y ya los ves como buenas noticias, y vuelves a confiar en que las cosas no siempre te han de salir bien... del revés, y consigues mirar con esperanza al final del día para ver cómo va a acabar, pues aún quedan cosas por hacer
con un poco de suerte encontraré un motivo para levantarme mañana
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Las puertas están abiertas*.
*Por eso, aunque "¡Vamos a morir todos!" no tiene que ser todavía.