Cruzas la puerta y despiertas.
Hasta ese momento no te habías dado cuenta
o hasta ese momento lo habías podido ignorar.
Te frenas para no dar el portazo que te apetece
a saber la ira que almacena contener un portazo.
No dices hola
a saber la ira que acumularía forzar una voz amable.Cierras los ojos
y resulta que se sellan solos
y la cola resbala
y ahogas un grito
a saber la ira que almacena aguantar un grito.Pones la radio para permitirte unos sollozos
y te vienen a molestar
y te obligan a forzar la voz amable:
te han fastidiado tu momento de regocijo en tu mierda
y se concentra la ira.
Hasta ese momento no te habías dado cuenta
o hasta ese momento lo habías podido ignorar.
Te frenas para no dar el portazo que te apetece
a saber la ira que almacena contener un portazo.
No dices hola
a saber la ira que acumularía forzar una voz amable.Cierras los ojos
y resulta que se sellan solos
y la cola resbala
y ahogas un grito
a saber la ira que almacena aguantar un grito.Pones la radio para permitirte unos sollozos
y te vienen a molestar
y te obligan a forzar la voz amable:
te han fastidiado tu momento de regocijo en tu mierda
y se concentra la ira.
¡GRITA!
ResponderEliminar¡GRITA!
¡GRITA!
¡No te cortes!
Pillate la bici, vete a la playa de Levante, anda hacia la izquierda hasta donde se forman los ripples en marea baja, plantate de cara al Sol que se oculta por Cádiz y ¡GRITA!
A mi me ha servido muchas veces...