viernes, 20 de marzo de 2009

werde ich rennen wollen?




Was soll ich denn?
Was ist da drin genau?
Was wird da sein?
Wie soll ich es machen?Was ist dann dieses es?
Ich will aber keine Antwort.
Ich frage es sogar mir nicht mehr.






Nadie a quien preguntar cómo continuar.
Invento un protocolo sobre la marcha y rezo para no tener que volverlo a seguir.
Ningún análisis a realizar que no se vaya a contradecir.

No existe una justicia global.
No hay manera de mantener varios derechos a la vez.
Ya que la lluvia es tan subjetiva, lo único equitativo es la tempestad, que jode a todos por igual.

*Ollantaytambo, Cusco; enero 07.

jueves, 19 de marzo de 2009

reúneme


reúneme para darme fuerzas
no me dejes al aire, que antes o después me dejaré caer
por mucho que mueva los brazos al principio

reúneme y no dejaré de moverlos

si tardas tanto se sumará un nuevo sentimiento de culpabilidad
infundado o no
y decidiré hacer colección
y se echará todo a perder
por la falta de abastecimiento

pero tranquila
pues ya perdí la capacidad de sentir estrés
como otras facultades que estoy perdiendo
como otras competencias que perderé
con el paso del tiempo
y de los acontecimientos

*Amsterdam, marzo 06.

viernes, 13 de marzo de 2009

ventana

El típico cortado de dolor bello se ha convertido en trifásico de desamparo y consuelo.
Al usarlos no vi la letra pequeña, ya se me han acabado los bonos de solidez y templanza, y por lo visto el uso de bonos tiene renovación automática. Y ya sólo me quedan de los otros.
Ojalá fueran transferibles.

martes, 10 de marzo de 2009

Emblema de la Real Academia Española
REAL ACADEMIA ESPAÑOLA
DICCIONARIO DE LA LENGUA ESPAÑOLA - Vigésima segunda edición
Real Academia Española

ansiedad.
(Del lat. anxiĕtas, -ātis).
1. f. Estado de agitación, inquietud o zozobra del ánimo.
2. f. Med. Angustia que suele acompañar a muchas enfermedades, en particular a ciertas neurosis, y que no permite sosiego a los enfermos.


Real Academia Española © Todos los derechos reservados

jueves, 5 de marzo de 2009

the door is shut

Y es cuando no quiero revolcarme en ella cuando me dan motivos y me invitan a hacerlo.
Y me dicen: puedes revolcarte, tienes todo el derecho.
¿Será precisamente por eso? ¿Será por tener la posibilidad que no lo quiero hacer?
En ocasiones similares pero con procesiones internas, cuando no había posibilidad de sospecha, no era tan fuerte. ¿Sería por la falta de ese respaldo? ¿Por llevar la contraria? ¿Por tener la esperanza que alguien lo percibiera y...? ¿Y qué? ¿Me compadeciera? (!!!)
Quizá es el permiso para flaquear lo que me concede la capacidad y necesidad de sentirme sólida y actuar como tal, con toda la robustez posible. Porque creo que no es lo que de mí se espera. ¿Por llevar la contraria? ¿Por convicción propia?
Me asusta comprender cuántos capítulos de nuestro comportamiento están condicionados por la presencia de los demás. Cuando bien a menudo los demás no deberían ser más que eso, los demás.

martes, 3 de marzo de 2009

a la de tres

Por no sé qué motivo la vulnerabilidad ajena es atractiva. Sólo puedo conjeturar que sea porque otorga la oportunidad de asumir un rol protector, o quizá porque proyecta una sensación inquietante de poder sobre el prójimo.
Pero... ¿dónde está la línea que separa al vulnerable del mero débil?
Evidentemente como las palabras han sido creadas por los humanos, las líneas divisorias entre sus definiciones también, y son especialmente imprecisas en lo abstracto.
Los sentimientos y las percepciones podrían ser mareas, que arrastran inevitablemente con ellos a aquellas otras sensaciones que tienen encadenadas.
Así hay cabida para felicidad hiriente, el dulzor amargo y los dolores placenteros. Y fuera de la lírica, tengo la esperanza que algún idioma posea alguna palabra para definirlos.