before
Sales a la calle, con un chubasquero y un poco de miedo. Todas las superficies van quedando blancas. También habrá quien se empeñará, cada año, en estampar un huevo en el parabrisas de un autobús; lo que debe ser una gozada, aunque no deje de ser gamberrismo. Llevas algunos merengues y algún huevo caducado o dinero para comprar más. Intentas vigilar, pero el gorro del chubasquero es una gran limitación. Sin embargo no servirá de nada, pues a la que te vean, lo primero que harán será bajarlo, y luego asegurarse que tendrás un cabello sedoso mañana, aunque notes como resbala algo viscoso por tu espalda.
Es una de esas cosas con que sufrías lo mismo que disfrutabas, pero que pasado el tiempo sólo queda la sensación de que era la hostia.
Después de ser perseguido y perseguir, intentar acceder a un trozo del pastel gigante con empujones y chafamientos, toca recogerse. Y si vives en un tercero con poca presión y todos tus vecinos se están duchando para eliminar la costra blanca que han conseguido en unas horas, te tocará esperar para bañarte.
Al día siguiente las calles huelen a huevo: ¡Es Carnaval!
after
Ahora han prohibido los huevos y la espuma de afeitar. Tiene sentido. A cambio los niños van con bolsas tipo manga pastelera llena de merengue. Parece más civilizado. Siguen habiendo empujones y chafamientos para acceder al pastel, siguen las persecuciones, las tuberías de casa de mis padres ya son nuevas, y ya me podría duchar del tirón, pero ya no consigues un pelo brillante al día siguiente.
Sin embargo, como la merengada ya tiene unos años (según la Wiki desde 1972), los primeros niños que la celebraban también, así que han sacado la Merengada para adultos. Es entendible, teniendo en cuenta el ansia de nuestra generación por recordar cosas de la juventud, revivirlas y coleccionarlas. Y yo me muero de ganas de ir a una.
beginnings
La Merengada comenzó por un anuncio de una pastelería, que sacó un merengue gigante y dejó que los niños jugaran. Lo repitieron cada año y se extendió a otras pastelerías y a otros pueblos, por lo menos a Les Roquetes (que aunque por aquel entonces (ahora no tengo ni idea de cómo está el tema de la UMD (Unitat Municipal Descentralitzada)) era un barrio/pedanía de Sant Pere de Ribes, por su localización (ni toca a Sant Pere y está pegado a Vilanova) mucha gente pensaba que pertenecía a Vilanova).
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Las puertas están abiertas*.
*Por eso, aunque "¡Vamos a morir todos!" no tiene que ser todavía.