martes, 8 de enero de 2008

He aprendido algo

Es tan importante hacer las cosas como que el momento en que se hagan sea el adecuado. Así que no. Este año no voy a ir. Y no voy a intentar convencer a nadie de ir. No voy ni a comentarlo. Y lo mejor de todo: no me importa. Ni aunque me envíen topos y tres marmotas. Seguirá sin importarme. Es más, NO QUIERO ir.


Se acabaron los años de sufrimiento ahorrable.
(Véase: RESIGNACIÓN: quehaceres)

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*Por eso, aunque "¡Vamos a morir todos!" no tiene que ser todavía.