sábado, 5 de julio de 2014

riesgo laboral: los nudillos

En lugar de sacar una norma municipal que obligue a poner/revisar los timbres de las casas, el señor del gas o del agua se destroza los nudillos en cada entrada. Me sorprende cómo puede despertarme, dos pisos más arriba, el aporrear polite de una puerta. Pero ocurre. Y el señor del agua se disculpa, sonriente, y me pide permiso para atravesar dos puertas... que resulta que ya estaban abiertas.

1 comentario:

Gracias por comentar, ¡vuelve cuando quieras!
Las puertas están abiertas*.

*Por eso, aunque "¡Vamos a morir todos!" no tiene que ser todavía.